¿Cómo puedo proteger a mis hijos durante el divorcio?
Antes que nada, lo que debemos comprender es que el divorcio o la separación de una pareja con hijos no es un “evento” puntual sino un proceso que involucra a todo el sistema familiar y no solo al sistema de los cónyuges.
La psicoterapia sistémica realiza una mirada de conjunto mirando más allá del individuo y entendiendo que muchas patologías o sufrimientos del ser humano radican en la interacción disfuncional de este con el entorno. Ya no es cuestión del ser individual como una “isla” sino producto de sus interacciones con los demás.
Cuando un elemento dentro de un sistema cambia, indefectiblemente altera a las demás partes y al sistema en su conjunto.
Cabe recordar que el sistema familiar está compuesto a su vez por tres subsistemas: El subsistema de la pareja, el subsistema filial, es decir, el conformado por los hijos, y el subsistema parental, que incluye a padres e hijos.
Lo ideal sería que, dada una separación, solo quedase afectado el subsistema de pareja aunque esto en la realidad no es tan habitual como nos gustaría.
Cabe esperar que los niños, dependiendo de sus edades y carácter, puedan permanecer en el duelo por un período de un año y medio o dos años, tiempo durante el cual buscarán ingeniosas maneras de reunirles y promover la vida juntos en familia.
Ante una separación o divorcio lo normal es que el niño transite por uno o varios de estos estados o emociones: el miedo, la soledad, la tristeza, el enfado y/o la culpa, y será conveniente que nosotros los adultos podamos conocer formas de afrontar estos hechos con el fin de poder brindarles un apoyo adecuado.
Deberemos evitar caer en la trampa de “el que no escucha no siente” y poder hablar claramente con nuestros hijos acerca de la separación y de cómo serán los asuntos de la familia de aquí en adelante.
Este mensaje, claro y directo ha de ser adaptado a la edad del o de los niños y se ha de brindar dentro de lo posible en equipo, es decir, que mamá y papá puedan transmitir el mensaje juntos y con una idea común.
No estará de más poder ponerse de acuerdo antes de hablar con los niños de cual será el contenido y los distintos puntos a conversar.
Es habitual el poder realizar “simulaciones” de esta charla dentro del marco de la terapia de pareja en donde los cónyuges puedan no solo saber sino también dejarse sentir profundamente lo que implica el transmitir este duro mensaje. Estas simulaciones se realizan a través de técnicas de la psicoterapia sistémica y sin la presencia de los hijos.
Muchas parejas eligen poder luego transmitir el mensaje a sus hijos amparados en el marco de una sesión de intervención familiar en donde el profesional que acompaña nunca ha de tomar el protagonismo ya que correría el peligro de brindar una ayuda sustitutoria en donde se acaba confundiendo en el terapeuta la función de los padres, así que ya sabéis, eso de: “Mejor dígaselo Usted, Doctor”, ¡no vale!. J
Hemos de tener muy en cuenta que no se trata de un monólogo de los padres hacia sus hijos. Se que da un poco de miedo recibir según que preguntas pero es muy importante que los hijos tengan un espacio de libertad para poder preguntar y para ser escuchados.
Recuerden que lo que no le digamos a los niños, estos se lo inventarán, es decir, tirarán de interpretación y ya es sabido que el ser humano al interpretar, al hacerse su propia película, la misma no resulta precisamente una comedia, por alguna razón somos especialistas, cuando interpretamos desde el miedo, en el género: “thriller”.
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Matías Podestá. Inspira Gestalt.
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