¿Cómo afecta el divorcio a nuestros hijos?

El divorcio es una situación que se presenta con frecuencia en España, donde más de la mitad de los matrimonios termina en una ruptura. Y si existen niños o adolescentes en la familia, estos pueden recibir un impacto negativo que es conveniente que conozcas y puedas trabajar adecuadamente en una Terapia de Pareja o de Intervención Familiar.

El crecimiento y desarrollo de tus hijos es un proceso continuo y dinámico, en el que se amplían capacidades y se adquieren destrezas. Ten presente que, con la edad, cambia la forma de percibir e interpretar el mundo que los rodea.

¿Cómo afecta el divorcio a los hijos pequeños?

La separación de los padres conlleva una gran carga emocional y, por otra parte, existen factores que inciden sobre la situación. Entre los que pueden afectar a los hijos de padres divorciados figuran los cambios de residencia o de escuela, el privarse de la presencia de uno de los progenitores en su día a día, la aparición de nuevas parejas y la merma de los ingresos en el hogar. El tipo de divorcio que plantees, de mutuo acuerdo o contencioso, es también un factor a considerar.

Los bebés

A tan temprana edad, los niños no comprenden la mayoría de las situaciones. Sin embargo, son muy receptivos y enseguida sienten que algo ha cambiado en su entorno. Perciben si estás de mal humor o triste, y eso se refleja en su conducta.

Pueden manifestar reacciones como llanto persistente, berrinches, hiperactividad y problemas para dormir. Buscarán más la proximidad física, pues habrán dejado de sentirse seguros, y es posible que notes señales como inapetencia y dolor abdominal.

Los preescolares

Frente a la separación, los niños de uno a seis años sienten que su medio, formado por sus dos padres y en el que se sentían protegidos y seguros, se ha desvanecido. El pensamiento mágico de esa edad les lleva a sentirse enormemente responsables de lo ocurrido, y creen que la causa es su mal comportamiento. Por otra parte, tu niño puede interpretar que si sus padres han dejado de quererse es porque también hay desamor hacia él.

Tienen pocos recursos para manejar las situaciones que les generan malestar, y las emociones predominantes son la culpa, la ansiedad y el temor al abandono. Tardan cerca de dieciocho meses en recuperarse del impacto y, en general, las niñas lo logran más rápido. Unos diez años más tarde no recordarán la etapa anterior a tu separación ni el suceso en sí mismo.

Los cambios en el comportamiento van dirigidos a obtener más atención y cariño. En muchos casos hay regresión en las destrezas y habilidades que ya se habían adquirido: dejan de comer, vestirse o ir al baño con la independencia que mostraban antes. Puede que el habla se haga más infantil, e incluso que mojen de nuevo la cama. Es importante que les expreses amor incondicional y les expliques que van a seguir siendo queridos y protegidos igual que antes por ambos padres.

 

¿Cómo afecta el divorcio a hijos adolescentes?

El caso de jóvenes de edad más avanzada presenta ciertos riesgos que se suman a los mencionados anteriormente. Debes evitar la tentación de tratarles como a confidentes: aunque parezca que tienen suficiente madurez no es así, ni es ese su rol. Los estudios en esta área revelan que el temor a ser abandonados persiste durante años. Por otra parte, los retos afectivos que afrontarán como adultos serán mayores.

 

La preadolescencia

En esta etapa de la vida, los jóvenes abandonan progresivamente la protección del hogar y salen al mundo. Comienzan los cambios relacionados con el desarrollo sexual, pero mantienen la inmadurez cognitiva. Además sus emociones pasan al primer plano, y demandan gratificación. Esta es la fase en la que se exponen por primera vez a comportamientos de riesgo.

Entre las nuevas emociones que experimentan figura la impotencia frente a la ruptura de sus padres. Verás cómo el rendimiento escolar merma; sienten dolor ante la pérdida y miedo al futuro, lo que les lleva a dirigir su ira hacia uno o ambos progenitores. También puede ocurrir que adopten conductas con las que creen que pueden unirlos de nuevo, inclusive a costa de sacrificarse, y al fracasar sientan una gran frustración.

 

El comportamiento en la adolescencia

Las emociones que pueden experimentar tus hijos adolescentes son culpa, tristeza, miedo al abandono, baja autoestima y soledad. Se plantean dudas acerca de su capacidad para formar relaciones de pareja estables en el futuro. Pueden mostrarse retraídos, y presentar síntomas de somatización.

En el plano social hay falta de ajuste y adaptación. Sus conductas pueden tornarse agresivas contra las personas de su entorno, pero también es posible que adopten formas autodestructivas. Hay riesgo de iniciarse en el consumo de drogas, tabaco o alcohol. También pueden caer en conductas delictivas, pues el vínculo con tu persona se dañará y, con él, la comunicación y el sentido de responsabilidad o del compromiso.

El divorcio es una decisión muchas veces necesaria, pero que debes adoptar con responsabilidad. Sigue conductas meditadas y respetuosas, y mantén una comunicación siempre cordial para hacer menos lesivo el impacto sobre tus hijos.

 

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Matías Podestá. Inspira Gestalt.
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