Aceptarnos como somos
Es sorprendente como, una buena parte de los seres humanos, insistimos en el intento de cambiar lo que somos y no aceptamos de nosotros mismos en algo mas “vendible”, con la falsa ilusión de que así seremos mas aceptados y amados.
Como si de un producto se tratase nos convertimos, sin darnos cuenta, en lo que creemos que los demás esperan de nosotros, falseando así nuestra esencia.
Desde una autoestima dañada y desde una falta de seguridad y confianza en nosotros mismos, utilizamos una enorme cantidad de energía en un esfuerzo por esconder lo que consideramos son nuestras debilidades o “defectos”, un esfuerzo por esconder nuestras cicatrices.
Una mirada hacia Oriente
Pareciera ser que en oriente no se percibe de la misma forma, precisamente en Japón existe un arte llamado “Kintsukuroi” o ”Kintsugi” (carpintería de oro), que se remonta a finales del siglo XV y que consiste en reparar con un barniz de resina espolvoreado con polvo de oro, plata o platino, las fisuras o quiebres de los objetos de porcelana.
De esta manera, en lugar de esconder el “defecto”, el mismo se enaltece y se celebra porque el mismo habla de camino, de transformación, de experiencia y de aprendizaje. El oro y la plata no solo muestran con orgullo la “herida” sino que, paradójicamente, pasan a ser las partes mas fuertes de la pieza.
El poder mostrar nuestras cicatrices nos acerca mas a nuestra esencia y a nuestra condición de ser humano, aunque ello signifique enfrentar el temor a no ser aceptados o amados.
El oro, la plata y el platino bien podrían representar en nosotros a nuestra capacidad de resiliencia, nuestros recursos propios para enfrentar con éxito lo que la vida nos presenta, nuestra capacidad de transformar el dolor en aprendizaje y la experiencia en sabiduría, transformar las heridas en belleza. El ”Kintsugi” también nos habla metafóricamente de paciencia, ya que la resina empleada en estas reparaciones tarda semanas en secar, y la paciencia es un excelente compañero de camino en los procesos de transformación humana.
La auto aceptación como camino
Como mamíferos gregarios y movilizados por una necesidad primaria de pertenencia, valoramos y buscamos la aceptación de los demás, de nuestra manada, a veces sin darnos cuenta que la salud reside en el lograr aceptarnos incondicionalmente a nosotros mismos.
Habitualmente recuerdo a mis pacientes la idea de que somos lo que somos y que con eso es suficiente. Entrar en contacto con nosotros mismos significa apartarse un poco de la necesidad, a veces compulsiva, de agradar a los demás. Aceptarnos en un acto de amor a nosotros mismos, con todo lo que hay, con todo lo que es.
Gracias por estar allí del otro lado!!!
Sin ti este artículo no tendría sentido
Os envío un cálido abrazo
Matías Podestá
Psicoterapia Gestalt y Familiar Sistémica
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